¿Por qué callar si nací gritando?

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viernes, 28 de septiembre de 2012

Voluptuosidad

Quieta,
muy quieta
como la sombra de la roca en la que se solía sentar.
Sola,
muy sola
como la misma roca pero sin sombra.

"¿Qué queda por dar?"
preguntó justo cuando el atardecer expiró
y luego de esa, su interrogación,
suspiró: Detoya.
Casi resignada, casi rendida: Deltoya
Con pocas fuerzas
pero no sin ellas: Deltoya.

La mirada empecinada razonó
y en el vuelo imaginativo se extravió.
Perdidos una vez más y viceversa
nuestros muros  gritaron: ¡MÁS-TURBACIÓN, más!



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