¿Por qué callar si nací gritando?

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viernes, 24 de febrero de 2012

Paradoja




Mientras...
el mitómano de Pinocho
muere por ser humano,
algunos humanos
y algunos árboles
mueren por ser de madera.

lunes, 20 de febrero de 2012

Si Juan...

Puede que sea una alucinación como la vida misma.


UNO
La primera vez que pasó a propósito por su lado, Juan ni siquiera se percató. Lilith conducía con destreza un velocípedo del color de sus ojos.

DOS
Juan no sabe manejar un velocípedo, Juan por las justas coordina su cuerpo. Tiene una rara fijación por los velociraptores, por la masturbación a las tres de la mañana y por las palomitas de maíz que consume mientras ve películas repetidas de Charles Chaplin.

TRES
Lilith es una de esas pocas adolescentes que aparentan corporeamente tener más edad; mejor dicho: es muy desarrollada; mejor dicho: tiene más talla; mejor dicho: tiene más tetas, más culo, más de todo lo que a las chicas de su edad aún no se les nota.

Lilith desde hace algunos días ha comenzado a vivir con su Tía.

CUATRO
Juan ha ido a un local concurrido ha celebrar el cumpleaños de su mejor amigo. En faceboock una "chica fresa"-como él las cataloga- le ha recordado (como si no supiera): "Es el happy birthday de tu beffo". Él la odia porque utiliza ese lenguaje que la hace ver como una retrasada.

En la fiesta todos están emparejados:Está Carlos, su mejor amigo con la chica fresa, su novia.

Juan no tiene con quien converzar porque la mayoría de parejas bailan o se besuquean todo el tiempo. Juan se siente solo pero no triste.

CINCO
A la fiesta llega una chica hermosísima con cara de niña pícara y cuerpo de mujer. Ella derrocha una sensualidad desmesurada que sin querer logra seducir las miradas de los invitados, menos la de Juan quien se ha quedado ido mirando hacia el piso aislándose de todo y de todos.

SEIS
La chica hermosísima es Lilith, prima de Carlos.

Por intermedio de Carlos, Juan conoce a Lilith.

Lilith ya conocía a Juan... de vista un día que pasó velozmente, cerca de él manejando con destreza un velocípedo del color de sus ojos.

SIETE
Carlos regresa con Elena, su novia, la chica fresa.

Juan y Lilith se quedan solos. Cada vez que Juan está cerca a una chica hermosísima aflora su timidez. En realidad nunca ha estado tan cerca a una chica hermosísima.

Juan no sabe que decir y le pregunta si tiene perro en vez de preguntarle si tiene novio.
Lilith se rie y piensa que además de guapo es gracioso y algo tonto. Eso es bueno porque los hombres demaciados avispados terminan siendo muchas veces para las mujeres un gran problema.

OCHO
Lilith no quiere bailar.
Juan no sabe bailar.
Como Lilith no quiere bailar, ésta lo salva del ridículo.

NUEVE
Juan quiere tomar.
Lilith
no sabe tomar.
Ambos toman.

DIEZ
Con cerveza en las venas Juan pierde el temor y Lilith quiere bailar.
Con cervezas en las venas Juan baila igual de mal como cuando está sobrio.

ONCE
Son las ocho de la mañana y Lilith ha despertado pensando en Juan, en lo gracioso que fue cuando le preguntó si tenía un perro y en todas las piezas que bailó cuando él no sabía bailar.

Son las once y media de la mañana y Juan ha despertado pensando en Lilith, en lo estupido que fue cuando le preguntó si tenía un perro y en todo lo que ella tomó cuando no sabía tomar.

DOCE
Juan quiere volver a ver a Lilith.
Lilith quiere tener un perro.

TRECE
Han pasado dos semanas desde la fiesta, Juan va todos los días a Casa de Carlos, su mejor amigo, casa en donde también está viviendo Lilith.

Juan tiene pensado declarar lo que siente. ¿Qué siente?

Lilith espera que Juan le pregunte: ¿Quieres ser mi novia?

A Carlos no le importa hacer el papel de alcahuete, los ayuda "Les hace los pases"

CATORCE
Juan le ha regalado un perro a Lilith y con eso "tirado los perros".
Juan se le ha declarado, ella ha dicho que sí , se han besado y oficialmente son novios.

QUINCE
Lilith siente que ama a Juan.
Juan ama a Lilith.

Ambos ponen sus nombres en un árbol, los encierran con un corazón incrustado por una flecha, una flecha de amor.

DIECISÉIS
Se han vuelto inseparables. Han pasado un par de meses, ahora se besan en las fiestas, en los parques, en cualquier lugar y a cualquier hora. Caminan sin pisar el asfalto, se sienten por los aires...

DIECISIETE
Llevan juntos cinco meses de felicidad, sin embargo desde hace algunos días el rostro de Lilith ha cambiado de expresión, parece triste.

DIECIOCHO

Lilith llora en los brazos de Juan.
Juan quiere saber por qué.
Lilith enmudece.

DIECINUEVE
El mundo de Juan parece caer, no es lo mismo si Lilith anda triste, pues triste también anda él

VEINTE
Lilith sabe que en unos días tendrá que regresar a vivir con su mamá, por lo tanto dejará de vivir en casa de su tía y no verá más a Juan.

VEINTIUNO
Juan es el hombre más feliz de la fas de la tierra, Lilith ha vuelto a reir y es más amorosa que antes, muchísimo más.

VEINTIDÓS
Juan ha ido a buscar a Lilith, no la ha encontrado. Le ha preguntado a Carlos y él con sorpresa le ha dicho ¿no sabes?, Lilith ha regresado a su ciudad, sólo vino por unas largas vacaciones.

VEINTITRÉS
Lilith se ha ido, ella no está, no dijo Adios.

VEINTICUATRO
Para recordar a Lilith, Juan a comprado un velocípedo del color del cielo, del color de los ojos de Lilith.

VEINTICINCO
Juan no sabe manejar un velocípedo, Juan por las justas coordina su cuerpo. Tiene una rara fijación por los velociraptores, por la masturbación a las tres de la mañana, por las palomitas de maíz que consume mientras ve películas repetidas de Charles Chaplin. Pero sobre todo por Lilith quien ya no está.

domingo, 19 de febrero de 2012

Himno



No tengo miedo al que llaman eterno,
mis pecados son lo bueno que he pasado,
ni al que quiera condenar mi manera de vivir.
NO TENGO MIEDO.

No tengo miedo a ningun comentario
de quien dice que está libre de pecado,
ni al que quiera censurar mi manera de vivir.
NO TENGO MIEDO.

No tengo miedo al paso del tiempo
mientras sepa que vivir no es lo que cuenta,
y que nadie va a cambiar mi manera de vivir.
NO TENGO MIEDO.

No tengo miedo a estar enamorado,
mis pecados entre dos son más pecados,
y es que eso de pecar es mi manera de vivir.
AUNQUE LES DUELA.

No tengo miedo al vecindario,
no tengo miedo al comisario,
no tengo miedo a ningún virus ¡De esos!
NO TENGO MIEDO NI AL TRABAJO.

Y paseo con mi orgullo,
y fumo lo que me entra en gana,
condenado a dar la nota,
y de rato en rato entrar en la ILEGALIDAD.

viernes, 17 de febrero de 2012

"La furia es reciclada porque la gente está asada"

De pronto me vi: Con los huesos por los aires,
las carnes, las pocas carnes.
El cuerpo hablando,
La risa, la gran risa, la risotada.

Estaba "feliz" bailando, bailando
pogo
pogo
pogo
pogo
pogo...

Mi materia detenida.
Mi espíritú y cerebro aún siguen bailando
pogo
pogo
pogo
pogo
pogo...

lunes, 13 de febrero de 2012

Epitafio

Aquí descanza la inexistencia, ahora muerta.
Ella, quien no existió, quien no fue y a la vez será.
No quedará nada pues lo era todo.
He aquí y ahora la explicación de su inmortalidad.

Abstracción

De hecho, si Dios existe nos envidia.

domingo, 12 de febrero de 2012

Admito

Yo confieso que he pecado mucho
en palabra, obra, misión y/¿o omisión?
Aunque haya sido por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa
NO me arrepiento de nada, ni de algo.

Leopoldo María Panero: "Necrofilia"

(Prosa)

El acto del amor es lo más parecido
a un asesinato
En la cama, en su terror gozoso, se trata de borrar
el alma del que está,
hombre o mujer,
debajo.
Por eso no miramos.
Eyacular es ensuciar el cuerpo
y penetrar es humillar con la
verga la
erección de otro yo.
Borrar o ser borrados, tando da, pero
en un instante, irse
dejarlo
una vez más
entre sus labios.

viernes, 10 de febrero de 2012

De aquel día en la habitación.

- Estoy tan sola- Me dijo. Ella estaba al extremo de la cama.
- Yo igual... Pero amor, es mejor así: Solos juntos- Le había dicho eso mientras eliminaba nuestra distancia y me recostaba en su regazo.
- Solos por fin, lástima que no sea hasta el fin- Recordó nuestros condenados e irremediables límites.
- ¿Te digo algo?
- Dime nomas- Había pronunciado disimulando una sonrisa con ese estilo sarcástico que la caracterizaba.
- La soledad es mejor contigo...

Desaparecieron las palabras y aparecieron nuestros dedos, nuestros brazos; así sucesivamente todas las partes de nuestros cuerpos hasta ya no quedar nada, ni una célula, ningún átomo. Fuimos todo, fuimos nada.

jueves, 2 de febrero de 2012

Que lo cursi-romántico ya no funciona conmigo, que los “te amo” y los “te quiero” se pueden expresar de diferentes formas sin la necesidad de vociferarlos a cada minuto. Que a veces como dice Pablo Neruda “Me gustas cuando callas porque estas como ausente” (como en este lugar del tiempo) Que somos de nadie, somos de nosotros mismos. Que yo no soy tuyo, que tu no eres mía, pero en el aquí y en el ahora nos complementamos indistintamente dirigiendo nuestras vidas en líneas paralelas.

Que te contarán de esta publicación, que me preguntarás por esta publicación y frente a frente me quedaré encerrado en mi mutismo esbozando una sonrisa, te daré un beso en la mejilla, cogeré tu mano derecha con mi mano izquierda y seguiré caminando contigo… Después de haber dado ciertos pasos y por ende avanzado, me preguntarás con extrañeza: ¿hacia dónde me llevas? Y sin más que decir, mi subconsciente gritará y mi voz te susurrará al oído: Es lo que menos importa.

Hoy me he cachado mi silencio. Si quieres, se puede decir que me he violado a mí mismo obteniendo el mejor de los orgasmos (expresión cruda). Hoy también me arriesgo a decir que la vulgaridad me atrae más que la pulcritud gramatical. Mañana quizá -de hecho- cuando lea alguna obra recomendada que contenga como casi siempre palabras que desconozco, disfrutaré el que fornique estos alaridos obscenos. Olvidaré por un momento interruptus este rico concha de su madre lenguaje coloquial. Felizmente eso de olvidar es mañana.

Feliz infelicidad


Se juntaban para no aburrirse en esas horas en las que sólo había por hacer nada, con el propósito de poder hacer algo. Ella le contaba chistes que se aprendía de periódicos descoloridos y pasados en años, mientras él fingía la mejor de las carcajadas. A ella nunca le gustó aprenderse esos chistes, menos contarlos, sólo lo hacía porque pensaba que a él le gustaban aquellas bobadas. A él nunca le gustó oír esos chistes tan malos y si los escuchaba y realizaba todo el teatro de la risa incontenible, era sólo porque pensaba que a ella eso la hacía feliz.


Todo se resumía en un absurdo irremediable que sin embargo, ambos gozaban. Eran tan felices de sus propias infelicidades: Sólo les bastaban estar juntos y por supuesto, torturarse así mismos, sin levantar sospechas.