
Oye gritona -irrumpe mi voz- no hables, sólo escucha el sonido de nuestros estómagos y nuestras bocas cuando nos besamos, ¿son extraños verdad? Como el amor que nos tenemos, ¿me escuchas?, olvidé que te maté hace unas semanas. Disculpa, pero es que siempre chillabas, ya me hartabas. No me guardes rencor ¿si?. mejor te cuento algo, he cambiado, ahora ando saliendo con una chica encerrada en su mutismo pero el que no me diga nada, ni me salude siquiera, también me jode, sólo gime cuando tenemos sexo como animales –bajo la voz- he pensado en matarla hoy, y de paso a mi también pues últimamente no digo nada y si hablo es para gritar, ¡Me parezco a ustedes dos caray! ¿no vas a decir nada gritona?, olvide que el muerto era yo.
RUIDO MARGINAL.
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