
Toda la semana se la había pasado pensando en un posible regalo por el día de la madre, al llegar el día, madre e hijo fueron a comer a un restaurante de mala muerte, en donde la servilleta era un pedazo de papel higiénico. Ella se lo alcanzó y le dijo: "Escríbeme un poema"
Él, con lágrimas en los ojos por no tener dinero para un regalo, ni siquiera palabras para expresarse, escribió: "EXISTES".
RUIDO MARGINAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario