¿Por qué callar si nací gritando?

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domingo, 12 de diciembre de 2010

Aluciné que tenía poder...


No es que odie leer, por el contrario me fascina sumergirme en el rufugiante mundo de las letras y como suelo hacer habitualmente imagino ser el personaje más sanguinario o aquel don Quijote orate (para mí cuerdo) y presto a luchar contra todo sin objeción.

Últimamente mi deseo de asesinar a algún vecino, compañero o transeúnte de esta ya no tan cálida Piura, se ha acrecentado y al parecer es porque estoy leyendo "La iliada" aunque desde tiempos no tan remotos he sentido la necesidad de exterminar con muertes sublimes a chabacanos personajes, aborrecibles fulanas y menganos, hoy en día siento un placer inconcreto al ver detenidas mis manos sin que la espada (como la de Aquiles) parta la cabeza en dos al profesor de literatura, mientras yo, viéndolo le digo... "Has muerto por inocente (o por buen tipo)"... "¡ves (aunque ya no vea), para que me dejaste leer aquella obra Homérica! (me acabo de recordar de la serie Los Simpsons)" Ese hecho, para mí delicioso y sangrientamente orgasmico invade con mayor frecuencia lo que me queda de cerebro y disfruto extrañamente de alucinar muertes, pero por alguna razón aún no puedo imaginar la mía. RUIDO MARGINAL

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