
No es que odie los DOMINGOS pero siemplemente ese día no me gusta, parecen ser tan deprimientes, logrando muchas veces que me quede en silencio por las noches taciturnas, escuchando el eco de las últimas canciones que avisan por un micro algún animador de música popular, exacervando los ánimos de las multitudes que se disponen a seguir festejando en la parrillada más cercana al barrio. Las parrilladas -obivamente domingueras- contagian el día o mejor dicho la noche, esa en la cual todo acaba con los últimos brindis de borrachos que dicen que no lo están, mientras que milagrosamente sobrios -como yo- tratan de no pensar en el siguiente día (cosa inevitable) pues el fin de semana a muerto y cuesta retomar uno nuevo tanto como nos cuesta ser mejores, digo eso porque el LUNES -el que memos- tratará de comenzar la promesa de siempre ¿ser mejor? Estarán dispuestas las mujeres a cumplir su dieta, querran verse bien este verano, por otro lado tendremos a los borrachos que estuvieron libando el día anterior hasta pudrirse y se dirán ellos mismos "Nunca más vuelvo a tomar" Todos ellos querrán en el fondo cumplir con sus promesas pero pasará el MARTES, MIERCOLES como si fueran sólo días de rellenos e iran bien hasta esos días, luego llegará el JUEVES y las interrogantes como... ¿qué vas a hacer este fin de semana? terminarán por a presurarlos a buscar algo con que desetresarse y así llegará el VIERNES, el SABADO Y el DOMINGO terminando con la promesa de aquellas mujeres que se trasaron el objetivo de bajar agunos kilos volviendo a romper su dieta, hasta los borrachitos de la semana anterior volverán a dar los ultimos brindis en un nuevo domingo melancólico y yo tal vez ya no siga tan sobrio como ahora. RUIDO MARGINAL
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